lunes, 9 de mayo de 2011

Un santo un tanto olvidado

Foto de Mariola Menéndez (LNE)

Ayer fue el día grande de las fiestas de san Francisco de Paula, en la villa de santa Eulalia de Cabranes. Es una fiesta muy peculiar, que para aumentar el número de sus visistantes, hace ya más de treinta años se creó el Festival del arroz con leche. Hoy, a nivel extra-popular, parece que se honra más a este postre que al santo...
No obstante, y con mucha alegría por parte de todos, honramos a este buen fraile, ejemplo de honradez y docilidad a la voluntad de Dios.
En la eucaritía estábamos casitodos, algún rostro que trae a mi corazón sentimientos profundos de sincera amistad, no estaban allí: unos por enfermedad, otros por los quehaceres propios de un día como éste, en el que toda la familia va a comer a casa. Aún con esas, sus huecos han quedado sin cubrir a pesar del gran número de feligreses y amigos que abarrotaban una iglesia parroquial que se hizo enana ante tanta gente.
Cosa curiosa em pasó en la homilía: quedé con la sensación de que no había gustado nada de nada por el silencio que se creó al final de la misma. Tras la misa, llegaron más felicitaciones que nunca... cosas de la vida, ¿no?
Luego, un buen vermouth y comida. Si no me equivoqué, eramos unos 47 a comer en mi casa una estupendísima paella made in Piñera, aderezada con sidra, Protos, y varias bebidas espirituosas que hacían buen maridage con el café dominicano. Todo perfecto.
Me alegró mucho ver gente tan variopinta compartiendo mesa y mantel; habíalos hasta del BarÇa... pero aún así les acogimos con auténtica caridad cristiana.
También me visitaron sorpresivamente María, Sergio y Ángel, que en un mes saldrá de la barriga de su mamá, y nos alegrará a todos el año. No sé qué pasa con las chicas embarazadas, pero tienen un algo especial. Confieso que verlas me alegra mucho, porque irradian felicidad por todos los poros de la piel. María, lo hace... y también Rosana, la esposa de Alejandro el Alcale, a la que el viernes encontré con una cara muy singular: una mezcla de alegría, orgullo, paz, belleza... no sé, como todas las chicas que esperan un regalo tan grande.
Y después de la nota rosa, recojo el guante del Alcalde, y me animo a formar parte de la Cofradía del Arroz con Leche, y de hacer cuanto esté en mi mano para poder sacar adelante tan interesante iniciativa.
Y ahora... ¡al vermouth!

3 comentarios:

  1. Confirmamos lo de la caridad cristiana, hasta cierto punto... ¿la homilía...?

    La verdad es que no parecíamos 47. Se estaba tan a gusto.

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  2. Nos alegramos de que os hayáis sentido a gusto todos los que compartisteis con nosotros el día de San Francisco. Sois parte de nuestra GRAN familia. Besitos desde Piñera.

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