domingo, 24 de abril de 2011

Triduo Pascual en Cabranes




Puff... vaya semanita. La verdad es que ha sido agotadora y bella en la misma proporción, y estoy muy contento.

A veces uno se mata a trabajar, a pensar, a crear... y parece que el mundo exterior que te roddea es ajeno o indiferente: son cosas de la vida. Pero, por suerte, en Cabranes, el trabajo y las ganas se valoran tanto como la belleza. Este año ha habido más contratiempos de los habituales: detalles que no se han podido realizar o algunos que con las prisas y el apurón, se han quedado a la puerta de casa (literalmente, claro). Aún así, un regalo.



Comienzo con el Jueves Santo en Torazo.


La iglesia a reventar: gentes de todo el concejo: Pandenes, Fresnedo, Sta. Eulalia, Gramedo, Viñón...

Preparamos unas hojas de cantos, y la gente parecía que realmente quería llenar la iglesia con sus voces, en competencia con la nube perfumada del incienso. Los monaguillos, genial. Y el Monumento, ¡qué decir! re-estrenábamos sagrario, candeleros y ánforas ricamente restauradas. Pero el momento culminante fue el lavatorio de los pies. Confieso que tengo pasión por ese momento tan sagrado. Y allí sentados unos hombres y mujeres que me han dejado arrodillarme en ellos ante todos los fieles cabraneses. A mi lado, Don Enrique Monestina. Él me ayudaba a lavar los pies en forma figurada a como lo hace en la realidad: silenciosa y fraternamente. ¡Qué haría yo sin él!

La hora santa, ya fue mucho menor en asistencia. ¡Cómo llovía!
El jueves, despedimos también a Jenaro. Un hombre peculiar, de mucho genio y mayor libertad, que ajardinaba como nadie los huertos de Torazo. Permítome decir con cariño y todo el respeto que murió tras haber ganado la Copa del Rey nuestro Real Madrid: parece que todo estaba calculado.

El viernes santo ¡qué mojadura! La lluvia prefiguraba el día que se avecinaba. Primero, rompió los planes de ir a Castropol a participar de una procesión con el párroco, Don Jorge Cabal.


La lluvia durante el entierro de Jenaro retrasó mi llegada a Fresnedo, alterando el humor de un párroco ya de por sí nervioso por el deseo de que los cultos sean perfectos.


Una vez en el templo, comprobamos que habían robado dentro de la iglesia. Gracias a Dios no profanaron el Santísimo, pero por desgracia, para entrar rompieron una vidriera pequeña, pero artísticamente, la mejor del concejo de Cabranes. Un disgusto y una lástima que por desgracia hizo más tensa la preparación de la ceremonia.


No obstante, los oficios resultaron austeros y sobrios, pero hermosos. Con el tiempo me fui calmando y entrando en el misterio que vivimos. La gente cantó, y participó en buen número a pesar del día de perro que estaba. Llovía tanto que ANTES de posar el segundo pie tras salir del coche ya tenía el primero completamente encharcado.


El Via Crucis de Santa Eulalia más bien, escaso. Con todo, bien.



El Sábado Santo por la mañana teníamos oración mozárabe del Gran Sábado. Es una especie de oficio de lectura pausado y con oraciones sálmicas muy a propósito de la Pasión y Muerte de Cristo.

Tanto los folletos de cantos como los de esta oración, son de esos desastres naturales a mi berza, pues cuando bajé a por ellos a la imprenta, ya había cerrado. Por ello, la suspendí, aunque un grupo muy agradable de 4 personas, con unas muestras de imprenta que tenía por casa sí pudimos rezar. Queda pendiente para el próximo año darle mayor difusión... y recoger los libritos.

Y por la noche, la Gran Vigilia Pascual. Fue preciosa. La verdad es que en un monento del lucernario, cuando toda la iglesia de Sta. Eulalia estaba iluminada con las pequeñas velas (se repartieron 160), mientras Ángela nos cantaba los salmos de Don Alfredo de la Roza, me sentí el hombre más afortunado del mundo: estaba haciendo lo que me gustaba, saboreando toda la belleza de la liturgia, rodeado de mis feligreses, del grupo de escolanos que siempre vienen a acompañarnos magistralmente con sus voces, una parte de mi familia que vino a pasar estos días conmigo, los monaguillos de competición (incluído un nuevo fichaje, que hace las veces de Beckanm, Mateo), otros amigos que vinieros desde Gijón... y para rematar, estaban personas que habitualmente no vienen a misa, pero que para mí son muy importantes...más incluso de lo que pueden parecer a simple vista. Don Enrique, a mi derecha, dando esa sensación de seguridad que siempre dan los curas mayores y aplomados. En aquel momento, di muchas gracias a Dios: y no solo por ellos, sino por la gente que ellos me evocaban: Memé, Eugenio, Emilia, Carmen, Andrés, Rosario, Lucía, compañeros sacerdotes que a lo mejor estaban celebrando solos o con muy poca gente, mi familia completa... personas con rostro y corazón que por un momento fugaz se hicieron presentes uno por uno. La iglesia, con un llenazo casi-ilegal.

Y si eran pocos los regalos, el remate fue el bautizo de Mikel. Un joven de la parroquia que pidió recibir las aguas bautismales y que hizó una formación amplia y profunda en la parroquia. Ha sido una Vigilia Pascual inolvidable.

Sólo una pega: levantarse hoy. ¡Madre mía, qué trabajo! Y la tregua que la lluvia nos dió la noche santa, ya había terminado. Además, llegué tarde 30 minutos a la primera misa, por que perdí las llaves del coche en medio de todo el barullo.

Gracias a todos los que habéis hecho posible todo esto. Perdón por mis fallos y desastres. Pero, los que me conocéis, sabéis que estos errores serán acicate para que el próximo año intentemos superarnos: Ecclesia semper reformanda!

2 comentarios:

  1. Teniendo en cuenta que esto lo ha escrito el mismo domingo, estamos dispuestos a perdonarle todo lo que haga falta.

    Había visto el lavatorio de los pies antes, pero nunca había sido sujeto de él. Pocos signos -aparte de los 7 Sacramentos- me han producido tanto impacto. Gracias.

    Espero que Fresnedo quede bien.

    Y la Vigilia, desde la otra ladera quedó impresionante. Como no es nuestro trabajo, nos percatamos menos de lo que al celebrante le rechina, claro. El lucernario fue notablemente especial.

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  2. Bueno Gas, veo que estas cansado, pero me imagino que orgulloso de todo esta semana, y me alegro.
    Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras, y no sólo para prender fuegos. Si necesitas ayuda con el blog, la verdad que estoy muy ocioso últimamente, o sea al paro, y como esto de la informática es una de mis pasiones, estoy a tu disposición para lo que necesites.
    Saludos desde Piñera de toda la FAMILIA.
    Xuacu, Aurora, María, Duna, Sisi, Floken, Negro

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